Prensa:
Gallardón decidirá si dimite a partir del miércoles 24
Fuentes cercanas al ministro aseguran que se
siente "completamente desautorizado" ante la previsible retirada de
la reforma del aborto
La tarea más urgente de Gallardón es presentar los recursos contra la ley de
consultas catalana y el
previsible decreto de
convocatoria del referéndum a finales de esta semana. Se espera que
el Tribunal Constitucional los admita a trámite el martes 23. A partir del día
siguiente el ministro abrirá "un periodo de reflexión personal" sobre
su continuidad en el cargo, después de revés que supone para él que no salga
adelante el proyecto estrella de su departamento. En el PP unos creen que dimitirá "por dignidad"y
otros piensan que, igual que en 2008, amagará
pero no se irá.
Esta es una semana crucial para el Gobierno, pendiente de que el
Parlament de Cataluña apruebe la ley de consultas en un pleno extraordinario que se
celebrará el viernes 19. La
tarea inmediata del ministro de Justicia es la de presentar los dos recursos
anunciados y frenar el referéndum. El primero contra la ley de consultas y
el segundo para impugnar también, si lo hay, el decreto de convocatoria.
El martes 23 se reúne el pleno de Tribunal Constitucional que, una vez comprobados los
requisitos formales, previsiblemente admitirá a trámite las peticiones del
Gobierno, de manera que la ley de consultas y la convocatoria del referéndum
quedarán suspendidas.La Moncloa confía en que Artur Mas cumpla su palabra,
decida no continuar
adelante con la consulta, ya que sería ilegal, y convoque elecciones.
Una vez cumplida esa tarea prioritaria, según fuentes del
entorno del ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, abrirá "un
periodo de reflexión personal" para meditar si continúa o no en su cargo.
Tan solo aplazaría su decisión si Mas anuncia que no acata el mandato del TC.
En ese caso, al ministerio le quedaría mucho trabajo por delante porque tendría
que ir recurriendo, uno a uno, todos los pasos que diera la Generalitat.
Después de que el diario El Mundo
publicara el sábado que el gobierno "se inclina" por retirar la ley
del aborto,
ninguna voz autorizada de la Moncloa ha desmentido esa información. La portada
coincidía con el fin del
periodo que se había marcado públicamente Gallardón para sacar adelante la
reforma del aborto: "antes de que
termine el verano". El verano
finaliza el 23 de septiembre y hasta entonces solo queda un consejo de
ministros, el del viernes, en el que se descarta que vaya ese asunto.
En verano Mariano Rajoy dijo a los suyos que se daba un tiempo
para valorar qué hacer con la reforma del aborto, pero aún no se ha
pronunciado. Al ministerio de Justicia no ha llegado todavía ninguna
notificación oficial de que se haya rechazado. Fuentes del ministerio de
Justicia explican que Gallardón
espera hablar de este asunto con el presidente en los próximos días. Los suyos
dicen que se siente "completamente desautorizado".
Por eso, muchos de sus compañeros de partido no descartan la dimisión. Creen
que"por dignidad" no podría seguir al frente del ministerio tras un revés de ese
calibre. Gallardón se ha comprometido personalmente con la reforma del aborto,
hasta tal punto que le ha costado prácticamente toda su popularidad.
Otros en el PP, recuerdan, en cambio, que no es la primera vez
que amaga con abandonar la política y opinan que, simplemente, puede estar mandando de nuevo un
mensaje a la
Moncloa. Recuerdan lo que ocurrió en 2008, cuando Rajoy no le dejó ir
en las listas al Congreso de los Diputados para evitar que también fuera
Aguirre. Para Gallardón fue todo un mazazo. Uno de los momentos más duros de su
vida política. Todos lo vieron porque el 16 de enero de ese año compareció ante
los medios en el Ayuntamiento de Madrid, acompañado por el alcalde de Paris,
cabizbajo, agotado y dolido. Dijo que se sentía "derrotado" y que
"abría un periodo de reflexión".
Aunque dentro del PP hay
quien señala que Gallardón no se atreverá a abrir ese boquete en el Ejecutivo.
Sobre todo cuando Rajoy siempre trata de evitar a toda costa cualquier crisis
de Gobierno. Hace seis años, Gallardón midió los tiempos para no perjudicar la
campaña de Rajoy. Y creen que ahora podría actuar de la misma manera y aguantar
hasta el final de la legislatura si el presidente se lo pide.
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